¿Hacia donde camina el ciclismo australiano tras el fracaso olímpico?

Con una participación de apenas cinco corredores y circunscrita al ómnium y a la madison, Australia no tendrá mucho protagonismo en los Mundiales de Roubaix. Pero no vamos a hablar de estos Campeonatos, sino de la trayectoria de los últimos años, según se recoge en un excelente reportaje de The Guardian.

Y es que el equipo australiano asistía a los Juegos Olímpicos con grandes esperanzas, pero terminaron con un exiguo balance de una sola medalla de bronce, y en parte conseguida por la mala fortuna de otras cuartetas como Nueva Zelanda o Gran Bretaña. Era la peor actuación australiana en unos Juegos desde 1980, y lógicamente la pandemia surgió como primera justificación, al interrumpir la preparación, aunque hay más motivos.

El ya ex director de rendimiento Simon Jones está en el centro de muchas críticas, En 2017, Michael Drapac, uno de los mayores mecenas del ciclismo en Australia, calificaba su nombramiento como "el mayor error cometido por el ciclismo australiano”, aunque lo cierto es que tras sus éxitos en los Juegos de la Commonwealth de 2018 y el Mundial del 2019, pocas críticas se escucharon. Desde ese momento, el ciclismo en pista fue a la baja, y la presencia de sólo cinco corredores en Roubaix no parece el mejor signo de recuperación.

The Guardian señala que el ciclismo se encuentra entre las mejores financiadas por el Instituto Australiano de Deportes, con 8,3 millones de dólares, aunque la cifra podría verse reducida debido a que los resultados en Tokio no cumplieron con las expectativas. Pero también señala que en los últimos años se echa en falta la llegada de nuevos talentos a la pista y que, para empeorar las cosas, la pandemia ha limitado las oportunidades competitivas internacionales para esta próxima generación: AusCycling ha tenido una política de viajes restrictiva, lo que significó que ningún equipo fuese enviado al Mundial junior de El Cairo.

Apenas hace dos años de esta medalla, pero todo ha cambiado
en la velocidad australiana. Foto: UCI Track

La velocidad por equipos femenina es una de las mayores preocupaciones. Una disciplina que con Anna Meares, Steph Morton y Kaarle McCulloch logró numerosos éxitos, pero que ahora no sólo necesita una nueva estrella individual, sino que parece poco probable que ahora, con tres corredoras en liza, Australia pueda presentar un equipo competitivo de cara a París 2024.

“Ha habido demasiado en el ciclismo australiano apoyando a unos pocos”, dice Andrew Christie-Johnston, director del equipo BridgeLane. “No soy partidario de apoyar a 10 o 15 ciclistas de alto nivel, que es lo que han hecho, sino que hay que invertir en las bases, porque si lo fortaleces, lo demás se solucionará sólo”.

"Necesitamos un líder, no un entrenador", dice Tom Reynolds, un ex ejecutivo con el máximo organismo. “AusCycling representa a todas las disciplinas y es demasiado diversa para que una persona sea un experto en todos, a la vez que apunta a una persona fuera del deporte como una buena opción.

Cualquiera que sea el elegido, y donde sea que se encuentre, el nuevo director de rendimiento de AusCycling tiene una gran tarea por delante, se señala en el reportaje, destacando no sólo los Juegos de la Commonwealth y París 2024, sino el Mundial de carretera que el año que viene tendrá lugar en tierras australianas, concretamente en Wollongong.

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