Una historia -desgraciadamente breve- de los Seis Días en España (5): Llega la segunda victoria hispana, con Perurena y López Rodríguez

Pese a estar plenamente consolidados en el ambiente capitalino de los años sesenta, con llenos espectaculares durante esas ‘noches golfas’, desgraciadamente la experiencia de los Seis Días de Madrid no duró mucho más: tan sólo las tres ediciones que os traemos en este nuevo post, aunque luego tuvo un efímero regreso en los años ochenta, pero ya entonces fue muy distinto.

López Rodríguez y Perurena. Foto AIHEC

Tres ediciones en cuatro años, ya que en 1968 la prueba no se disputó por razones económicas. Y la de 1970, tampoco, aunque entonces fue una razón de principios, según cuenta Alfredo Relaño: José Solís, ministro del Movimiento, aceptó un compromiso para hacer circo en el Palacio de los Deportes en las fechas habituales. Juan Antonio Samaranch, por aquel entonces presidente del COE pero también Delegado Nacional de Educación Física y Deportes del Movimiento -es decir, subalterno del primero- no comulgaba con esa idea… y perdió la apuesta. Además, influyeron otros factores económicos como las tasas que cobraba la entonces Federación Castellana o el aumento de tarifas de los acomodadores. Carlos Pardo se hartó y lo dejó, aunque volvió en esa ‘rentrée’ hasta que le vendió su participación a Unipublic.

Pero volvamos al año 1967, una edición celebrada entre el 28 de octubre y el 3 de noviembre, en la que ya no estaba Rik van Steenberger, el ganador de las últimas ediciones, pero sí uno de sus habituales compañeros en las pruebas europeas, Emile Severeyns, cuyo palmarés alcanzó los 26 triunfos en ‘Seis Días’. Como compañero, estaba anunciado uno de los hermanos Planckaert, pero al final fue Walter Godefroot, uno de los mejores rodadores de su generación, cuyo palmarés -como el de otros muchos se encargó de eclipsar Eddy Merckx. Espectacular resultaba la dupla formada por el doble campeón olímpico -y cuatro veces campeón del mundo de persecución- Leandro Faggin y el velocista Giuseppe Berghetto, también oro en los JJOO y triple campeón del mundo en velocidad. Un tipo de pareja muy común en aquellos tiempos, y que en este caso funcionó bastante bien. No así el francés Andre Darrigade -ex campeón del Mundo de carretera y recordman de victorias de etapa en el Tour hasta la llegada de Eddy Merckx-, que fue anunciado como una de las grandes estrellas, pero que excusó su presencia por enfermedad el mismo día que comenzaba la prueba.

Por parte española, más que una dupla clásica que volvía a competir juntas tras las ‘exigencias’ de los organizadores, Guillem Timoner y Francesc Tortella, el cariño de los espectadores estaba con Txomin Perurena y José López Rodríguez, una pareja que comenzó casi por casualidad, pero que estaba plenamente consolidada tras su victoria en los Seis Días del Porvenir y el haber estado luchando por la victoria hasta el final al año siguiente, a pesar de que terminaron en cuarto lugar.

Janssen, a la izquierda de la foto, junto a Fritz Pfenninger y Peter Post,
en una de las ediciones ganadas en Amberes.

Así pues, doce parejas, con ciclistas de siete naciones, y cuyo pistoletazo de salida fue dado en esta ocasión por una ‘guapa’, como se las denominaba entonces, Rocío Durcal, y el tenista Manolo Santana, y el primer liderato correspondió a una pareja con dos grandes especialistas, uno sobradamente conocido en Madrid, Amalio Hortelano, y el otro debutante en el Palacio, Robert Lelangue, que tendría más protagonismo al siguiente año, quienes cederían el liderato a Timoner-Tortella en la segunda noche, para cambiar en la tercera a manos de Perurena y López Rodríguez y ser recuperado en la cuarta por los primeros líderes.

Pero ya a esas alturas de la prueba, y pese a no estar entre las cinco mejores parejas, la dupla belga había evidenciado mucho peligro y una visión de carrera que tuvo un momento clave en la penúltima noche, cuando el leonés se fue al suelo y aprovecharon para atacar y ponerse líderes, lo cual no le gustó mucho al público madrileño. No obstante Perurena y López Rodríguez no habían dicho su última palabra y en la jornada final se pusieron decididamente al ataque, lo mismo que la pareja italiana.

¿Qué pasó en las últimas vueltas? Según las crónicas consultadas, la victoria debió corresponder a los españoles, pero los jueces no contabilizaron una vuelta ganada -o una perdida por los belgas- y Severins-Godefroot se llevaban el triunfo en solitario, con 119 puntos, y una vuelta menos que Beghetto-Faggin, con 241, y que la pareja española, con 203. Bronca monumental en las gradas y una curiosa anécdota reflejada en el Mundo Deportivo: En esa edición se instaló por primera vez un ‘poulailler’, una zona elevada para permitir una mejor visión a los árbitros… pero que no pudieron usar ya que fue utilizado para pantallas de televisión.

Severeyns volvió a Madrid al año siguiente, pero esta vez en compañía Ramón ‘Tarzán Sáez’ el notable sprint español sin mucha experiencia en pista pero que llegaba avalado por la medalla de bronce en el Mundial de Heerlen. Claro que la principal estrella foránea en aquella edición era quien se había llevado la plata, el neerlandés Jan Janssen, ex campeón del mundo y ganador ese mismo año de la Vuelta a España y la París-Roubaix. Y ganador de tres ediciones de la prueba de Amberes, que se diputaba por tríos y no por parejas. Su compañero, su compatriota Gerard Koel, sin demasiado palmarés salvo por la medalla de bronce de la persecución por equipos en Tokio.

Lelangue y Jiménez. Foto tomada del libro
'El halcón de las murallas', de Juan Oses,

Y no ganó el Tour de Francia, pero casi, casi, y quizá lo hubiera hecho de haberse disputado por equipos y no por selecciones nacionales. Por eso Julio Jiménez estaba en la nómina de los Seis Días y el Bic le quiso arropar en su debut en Madrid con uno de sus mejores especialistas, el mencionado Lelangue, aunque la experiencia no fue especialmente afortunada para Julito: una caída el penúltimo día le supuso varias magulladuras y un fuerte dolor lumbar; otra, el último día, le dejó sinterminar la prueba. Sin duda, en aquellos días el ‘Relojero’ fue mucho más protagonista por la publicación de sus memorias.

Quizá por la presencia de los ‘ruteros’, la participación de especialistas no fue especialmente llamativa. Incluso en esta ocasión no estuvo presente Perurena, por lo que López Rodríguez tuvo que ser emparejado con el belga Arthur De Cabooter, apodado ‘El Toro’, y más conocido por sus éxitos flamencos que en el velódromo.

Fueron ellos los primeros líderes de esta octava edición, también celebrada a caballo de octubre y noviembre, en una edición que tuvo muchas alternativas en sus primeros días, y en la que sorprendieron por su protagonismo los hermanos Errandonea, el olímpico y líder del Tour de Francia -un año más tarde- José María y José Luis, el más joven de aquella edición con apenas 18 años.

De hecho, hasta siete parejas llegaron en cero vueltas al último día, en la que Janssen y Koel -con pocos pero impresionantes destellos de potencia- se impusieron con 236 puntos, por 228 de López Rodríguez-De Cabooter y 189 de la pareja australiana formada por Ron Baensch y Sydney Patterson. Sanz-Severyns terminaba cuartos, y los hermanos Errandonea, séptimos, tras ceder una vuelta.

Por cierto, la edición tuvo también su polémica cuando José María García, entonces iniciándose en las páginas de Pueblo, recogió unas declaraciones de Janssen que hablaba del uso de estimulantes, algo que para el neerlandés no era sinónimo de dopaje. Un sentido que también le dieron los australianos que demostraron ser los mayores amantes del vino y de la fiesta en aquella edición. Y un momento catastrófico cuando la pista apareció sembrada de tachuelas… que rápidamente fueron retiradas.

Así anunció Fagor en la prensa el triunfo de sus ciclistas

Tras la edición frustrada de 1968, la de 1969 fue casi en realidad de 1970, ya que comenzó el 26 de diciembre y terminó el 1 de enero del nuevo año, propiciando unas ‘campanadas’ de año nuevo y las tradicionales uvas de forma excepcional en medio del velódromo. Los últimos campeones estuvieron presentes, así como Severeyns, acompañado de su compatriota Julien Stevens.

También regresaron los hermanos Errandonea y la pareja Perurena-López Rodríguez, pero fueron unos debutantes, y además madrileños como José Gómez Lucas y Daniel Yuste -único olímpico español un año antes en México y tristemente conocido por ser el primer deportista fallecido por Covid-, los primeros líderes de la prueba, que además calaron bien pronto entre el público.

Pero los aficionados madrileños también recordaron pronto los éxitos anteriores de la pareja vasco-leonesa de Fagor, que tras el segundo día de competición se hicieron con el liderato, aunque tuvieron que aguantar muchas batallas, a veces combinadas entre varias parejas, cediendo el último día ante la dupla belga, en parte por un accidente de López Rodríguez, aunque pudo reincorporarse sin problemas. Pero en la última jornada lo dieron todo para conseguir el segundo triunfo plenamente español de los Seis Días de Madrid, con 196 puntos, por delante de la pareja franco-suiza Alain Van Lancker-Fritz Pfenninger, con 112, de los neerlandeses Janssen-Koel, con 90, y de la dupla belga, con 53, todos ellos, y nadie más, en la misma vuelta.

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