Pese a estar plenamente consolidados en el ambiente capitalino de los años sesenta, con llenos espectaculares durante esas ‘noches golfas’, desgraciadamente la experiencia de los Seis Días de Madrid no duró mucho más: tan sólo las tres ediciones que os traemos en este nuevo post, aunque luego tuvo un efímero regreso en los años ochenta, pero ya entonces fue muy distinto.
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López Rodríguez y Perurena. Foto AIHEC |
Pero volvamos al año 1967, una edición celebrada entre el 28
de octubre y el 3 de noviembre, en la que ya no estaba Rik van Steenberger, el ganador de las últimas ediciones, pero sí uno de sus habituales compañeros
en las pruebas europeas, Emile Severeyns, cuyo palmarés alcanzó los 26 triunfos
en ‘Seis Días’. Como compañero, estaba anunciado uno de los hermanos Planckaert,
pero al final fue Walter Godefroot, uno de los mejores rodadores de su
generación, cuyo palmarés -como el de otros muchos se encargó de eclipsar
Eddy Merckx. Espectacular resultaba la dupla formada por el doble campeón
olímpico -y cuatro veces campeón del mundo de persecución- Leandro Faggin y el
velocista Giuseppe Berghetto, también oro en los JJOO y triple campeón del
mundo en velocidad. Un tipo de pareja muy común en aquellos tiempos, y que
en este caso funcionó bastante bien. No así el francés Andre Darrigade -ex
campeón del Mundo de carretera y recordman de victorias de etapa en el Tour
hasta la llegada de Eddy Merckx-, que fue anunciado como una de las grandes
estrellas, pero que excusó su presencia por enfermedad el mismo día que
comenzaba la prueba.
Por parte española, más que una dupla clásica que volvía a competir
juntas tras las ‘exigencias’ de los organizadores, Guillem Timoner y
Francesc Tortella, el cariño de los espectadores estaba con Txomin Perurena y
José López Rodríguez, una pareja que comenzó casi por casualidad, pero que
estaba plenamente consolidada tras su victoria en los Seis Días del Porvenir y
el haber estado luchando por la victoria hasta el final al año siguiente, a
pesar de que terminaron en cuarto lugar.
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Janssen, a la izquierda de la foto, junto a Fritz Pfenninger y Peter Post, en una de las ediciones ganadas en Amberes. |
¿Qué pasó en las últimas vueltas? Según las crónicas
consultadas, la victoria debió corresponder a los españoles, pero los jueces no
contabilizaron una vuelta ganada -o una perdida por los belgas- y Severins-Godefroot
se llevaban el triunfo en solitario, con 119 puntos, y una vuelta menos que
Beghetto-Faggin, con 241, y que la pareja española, con 203. Bronca monumental
en las gradas y una curiosa anécdota reflejada en el Mundo Deportivo: En esa
edición se instaló por primera vez un ‘poulailler’, una zona elevada para
permitir una mejor visión a los árbitros… pero que no pudieron usar ya que fue
utilizado para pantallas de televisión.
Severeyns volvió a Madrid al año siguiente, pero esta vez
en compañía Ramón ‘Tarzán Sáez’ el notable sprint español sin mucha experiencia
en pista pero que llegaba avalado por la medalla de bronce en el Mundial de
Heerlen. Claro que la principal estrella foránea en aquella edición era
quien se había llevado la plata, el neerlandés Jan Janssen, ex campeón del
mundo y ganador ese mismo año de la Vuelta a España y la París-Roubaix. Y
ganador de tres ediciones de la prueba de Amberes, que se diputaba por tríos
y no por parejas. Su compañero, su compatriota Gerard Koel, sin demasiado palmarés
salvo por la medalla de bronce de la persecución por equipos en Tokio.
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Lelangue y Jiménez. Foto tomada del libro 'El halcón de las murallas', de Juan Oses, |
Y no ganó el Tour de Francia, pero casi, casi, y quizá
lo hubiera hecho de haberse disputado por equipos y no por selecciones
nacionales. Por eso Julio Jiménez estaba en la nómina de los Seis Días y el
Bic le quiso arropar en su debut en Madrid con uno de sus mejores
especialistas, el mencionado Lelangue, aunque la experiencia no fue
especialmente afortunada para Julito: una caída el penúltimo día le supuso varias magulladuras y un fuerte dolor lumbar; otra, el último día, le dejó sinterminar la prueba. Sin duda, en aquellos días el ‘Relojero’ fue mucho más
protagonista por la publicación de sus memorias.
Quizá por la presencia de los ‘ruteros’, la participación de
especialistas no fue especialmente llamativa. Incluso en esta ocasión no
estuvo presente Perurena, por lo que López Rodríguez tuvo que ser emparejado
con el belga Arthur De Cabooter, apodado ‘El Toro’, y más conocido por sus
éxitos flamencos que en el velódromo.
Fueron ellos los primeros líderes de esta octava edición,
también celebrada a caballo de octubre y noviembre, en una edición que tuvo
muchas alternativas en sus primeros días, y en la que sorprendieron por su
protagonismo los hermanos Errandonea, el olímpico y líder del Tour de Francia
-un año más tarde- José María y José Luis, el más joven de aquella edición con
apenas 18 años.
De hecho, hasta siete parejas llegaron en cero vueltas al
último día, en la que Janssen y Koel -con pocos pero impresionantes
destellos de potencia- se impusieron con 236 puntos, por 228 de López
Rodríguez-De Cabooter y 189 de la pareja australiana formada por Ron
Baensch y Sydney Patterson. Sanz-Severyns terminaba cuartos, y los hermanos
Errandonea, séptimos, tras ceder una vuelta.
Por cierto, la edición tuvo también su polémica cuando José
María García, entonces iniciándose en las páginas de Pueblo, recogió unas
declaraciones de Janssen que hablaba del uso de estimulantes, algo que para el
neerlandés no era sinónimo de dopaje. Un sentido que también le dieron los
australianos que demostraron ser los mayores amantes del vino y de la fiesta en
aquella edición. Y un momento catastrófico cuando la pista apareció sembrada
de tachuelas… que rápidamente fueron retiradas.
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Así anunció Fagor en la prensa el triunfo de sus ciclistas |
Pero los aficionados madrileños también recordaron pronto
los éxitos anteriores de la pareja vasco-leonesa de Fagor, que tras el
segundo día de competición se hicieron con el liderato, aunque tuvieron que aguantar
muchas batallas, a veces combinadas entre varias parejas, cediendo el último
día ante la dupla belga, en parte por un accidente de López Rodríguez, aunque
pudo reincorporarse sin problemas. Pero en la última jornada lo dieron todo
para conseguir el segundo triunfo plenamente español de los Seis Días de
Madrid, con 196 puntos, por delante de la pareja franco-suiza Alain Van
Lancker-Fritz Pfenninger, con 112, de los neerlandeses Janssen-Koel, con 90, y
de la dupla belga, con 53, todos ellos, y nadie más, en la misma vuelta.
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