Persecución por equipos: Cuando los Juegos Olímpicos son sinónimo de record del mundo, como ha sucedido desde Sydney


Alemania, la primera cuarteta por debajo de los 4 minutos. Olympics
Aunque la persecución por equipos puede verse afectada por las mismas condiciones favorables de altitud que otras disciplinas de pista, lo cierto es que el factor que más ha influido en que se puedan batir los records del mundo no es la ubicación en altura del velódromo sino los propios Juegos Olímpicos: en lo que va de siglo, todas las sedes olímpicas han visto caer la plusmarca universal, a cargo de cuartetas como Alemania, Gran Bretaña y Australia. Y todo hace indicar que en el velódromo de Izu (Japón) se establecerá un nuevo record… si no cae antes. La duda es si será a cargo de Dinamarca o de Australia, con permiso de Nueva Zelanda, así como saber hasta dónde puede llegar Gran Bretaña.

Tras el desmembramiento de la Unión Soviética, tradicional dominadora de la persecución, países como Alemania, Italia o Francia tomaron el relevo, aunque fueron los germanos los que más se destacaron. De hecho, fueron los ganadores en Barcelona’92, repitiendo con dos de sus hombres ocho años después, en Sydney 2000 –Jens Lehmann y Guido Fulst-, junto a Robert Bartko, uno de los mejores especialistas de la primera década de siglo, y Daniel Becke. Además, aquellos Juegos, los primeros que tuvieron las competiciones de pista en un velódromo cubierto, supusieron que se bajase por primera vez de los 4 minutos en esta disciplina: 3:59.710 para la cuarteta germana.

Histórico podio en Atenas. Foto: COE
Pero no duró mucho el dominio alemán. Australia no pudo brillar con sus fondistas en los Juegos de casa, pero tenía una importante cantera con hombres salidos de la pista, pero que terminarían brillando en mayor o menor medida en la carretera. Los Luke Roberts, Mark Renshaw, Peter Dawson, Graeme Brown, Brett Lancaster, Stephen Woolridge o Bradley McGee compusieron una generación histórica que batiría por dos veces la plusmarca germana antes de Atenas 2004, donde Brown, Lancaster, Roberts y McGee la situarían en 3:56.610. Por detrás comenzaba a asomar Gran Bretaña, sin olvidarnos de una España, bronce olímpico, cuya progresión se cortó en seco por la falta de apoyos económicos a un proyecto de futuro.

Manning, en la pasada Copa del Mundo de Minsk. Foto: UCI
Tres seguidos para Gran Bretaña

Y es que los británicos, con la perspectiva de Londres 2012, comenzaron un ambicioso proyecto tanto en velocidad como en el fondo, apostando por una cuarteta formada por Bradley Wiggins, Geraint Thomas, Ed Clancy y el veterano Paul Manning, que ganaron los Mundiales de Palma 2007 y Manchester 2008, donde establecieron una nueva plusmarca (3:56.322) antes de triunfar en los Juegos Olímpicos de Pekín donde batieron en dos días consecutivos su record, para dejarlo en 3:53.314.

La retirada de Manning –más conocido quizá por su desparpajo como técnico de su selección que por sus éxitos deportivos- y la reconversión en rutero de Wiggins no mermaron el potencial de Gran Bretaña, que integraba a Steven Burke –bronce en la individual en Pekin- en la cuarteta, así como a Peter Kennaugh o Andy Tennant. Descartado este último, darían un primer golpe de efecto al derrotar a Australia en su propia casa –concretamente en el Mundial de Melbourne 2012- mejorando ligeramente su record (3:53.295) para demostrar todo su potencial en casa, ya que adornaron el oro olímpico con unos 3:51.659 que tardarían cuatro años en ser superados.

Gran Bretaña, en el podio de Rio. Foto: British Cycling
De hecho, Gran Bretaña no ganaría ni un solo Mundial en ese periodo –tres para Australia y uno para Nueva Zelanda-. Su equipo presentaba otra importante remodelación: Burke y Clancy permanecían en el mismo, Wiggins regresaba tras sus mejores años en la carretera y Owain Doull se consolidaba como cuarto integrante una vez descartado, de nuevo, Tennant. Y en Rio no solamente derrotaron a sus ‘eternos’ rivales ‘aussies’, sino que con 3:50.265 volvían a marcar un nuevo record olímpico y mundial.

Y así llegamos al actual ciclo en el que los británicos parecen haber perdido la primacía, aunque vistos los precedentes anteriores no hay que dar nada por seguro. Ya no están ni Wiggins ni Thomas. Ni tampoco Burke, recientemente retirado. Ni Doull, centrado en su proyecto de carretera con Ineos. Clancy, el triple campeón olímpico, reconocía que ahora mismo están por detrás de Australia.

Australia, vigentes campeones y recordmen del mundo. Foto: UCI
Australia vuelve a reinar

Y es que los de las antípodas, que no llegaron a lo más alto con una generación de lujo con Rohan Dennis, Jack Bobridge, Michael Hepburn, Glenn O’Shea o Alex Edmondson, sacaba un interesante grupo con los jóvenes Sam Welsford, Kell O’Brien y Alex Porter, apoyados por el veterano Leigh Howard que batían el record del mundo en los Juegos de la Commonwealth 2018, tras una curiosa historia ya que habían renunciado al Mundial un mes antes para centrarse en este evento, que disputaban en casa, y además bajando por primera vez de los 3:50, concretamente 3.49.804.

No fue casualidad, ya que más contundente aún se mostró la cuarteta oceánica el pasado mes de marzo, en el Mundial de Pruszkow, con una nueva plusmarca, 3:48.012, demostrando que el favoritismo de cara a Tokio está de su lado… con permiso de Dinamarca.

Dinamarca, en el pasado Europeo
Y es que la presente temporada ha comenzado a un altísimo nivel. Los nórdicos, habitualmente presente en los grandes podios, pero nunca en lo más alto, avisaban con un 3.48.762 –segunda mejor marca de todos los tiempos en esos momentos- en el pasado Europeo, con una cuarteta que con Lasse Norman Hansen, Julius Johanssen y Frederik Madsen y Rasmus Pedersen no echaba en falta al prematuramente retirado Casper Von Folsach, y que es capaz de estar asiduamente por debajo de los 3:50 como ha demostrado en las primeras mangas de la Copa del Mundo.

Pero la historia no acababa ahí. Las pruebas oceánicas de la Copa del Mundo nos han permitido confirmar que Australia sigue a un altísimo nivel, pero que Nueva Zelanda no le va a la zagaEn Brisbane, los 'kiwis' establecían el segundo mejor registro de todos los tiempos (3:48.244), y los locales el tercero (3:48,282). 'Olía' a record del mundo, pero no se materializó en la final, donde los tiempos fueron más normales, si se puede usar este término.

Nueva Zelanda, segunda mejor marca de todos los tiempos.
Foto: World Cup Brisbane
Dinamarca ya no alineará a sus mejores hombres hasta el Mundial, a finales de febrero; Gran Bretaña ha estado probando, y no encontrando. Y, por si fuera poco, a ese pelotón de cabeza se le han unido Italia y Suiza, que en las mangas de Glasgow y Cambridge también bajaban de los 3:50, algo que, por cierto, todavía no ha obtenido la selección británica, que sigue teniendo como plusmarca nacional la obtenida en Río hace casi ya cuatro años.

El ya cercano Mundial de Berlín puede ser una ocasión de oro para que caiga la plusmarca… aunque todo se presenta más favorable aún para que en Izu continúe la tradición.

Atención también a otra cuarteta como la del HUUB Wattbike, que sin compromisos mundialistas u olímpicos puede ir por libre y dar un golpe de mano amparado en la altitud de Cochabamba. Pero esa es otra historia.

1 comentario:

  1. Creo que es la única prueba que, a día de hoy, ya tiene determinadas las ocho cuartetas que estarán en Tokio 2020: Australia, Dinamarca, Canadá, Nueva Zelanda, Italia, Gran Bretaña, Suiza y Alemania. Todas ellas pueden estar en 3:51.

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