El objetivo de conseguir la paridad en París 2024 ha
supuesto que disciplinas como la carretera o el BTT masculinos tengan que
reducir sensiblemente su presencia en los próximos Juegos Olímpicos. En concreto, en
ruta habrá 88 hombres y otras tantas mujeres, reduciéndose hasta un máximo de cuatro ciclistas por los cinco mejores países, mientras que en montaña
el número será de 34 por cada sexo, con dos ‘bikers’ como tope en el caso de las ocho mejores naciones.
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Fachada del futuro velódromo olímpico. |
Sin embargo, en la pista se ha conseguido aumentar la
presencia sin que ello suponga que vaya haber más pistards de los inicialmente
previstos, 95 hombres y otras tantas mujeres, en parte porque la partidad estaba ya casi alcanzada.
A corto plazo la medida no
supone nada positivo para España de cara a París 2024, clasificar para unos
Juegos Olímpicos tanto con ocho como con diez plazas es una misión imposible
para nuestros corredores y corredoras, fruto de la desidia federativa durante
una década. Y de cara a Los Angeles, si se mantiene este sistema, las
perspectivas son igual de negativas siempre que siga primando la misma línea
política, que sigue sin poner en marcha medidas reales para potenciar la pista,
y por supuesto el trabajo de tecnificación, también totalmente desconectado
de la realidad de los velódromos.
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Las féminas de Irlanda pueden ser una de las revelaciones en este ciclo. Foto: Cycling Ireland |
Dejando este tema recurrente de un lado, el aumento a diez
cuartetas sí supone una bocanada de ilusión para esos países que tenían
complicado estar entre las ocho mejores, pero que ahora tienen opciones reales.
A dos años vista, y con todo lo que supone de elucubración, en hombres Italia, Dinamarca, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña o Alemania no
deben tener problemas para repetir presencia olímpica, lo mismo que
Francia, aunque no estuviera en Tokio. Suiza -si mantiene a las individualidades
que marcan diferencias- y Canadá también parten con la ventaja de la experiencia,
mientras que de los países emergentes señalaría a Japón y, sobre todo, a
Rusia, siempre que la guerra de Ucrania y las sanciones inherentes hayan
acabado antes de febrero de 2023, inicio del proceso de clasificación.
Entre las mujeres, Alemania, Gran Bretaña, Estados
Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Italia y Francia son las que mejor
colocadas están en la línea de salida, con una Irlanda que está
realizando un gran trabajo, con Países Bajos e incluso Corea como países
candidatos a luchar por esas plazas adicionales. En este caso, hay que
referirse a Bélgica, que se quedó fuera de Tokio 2020 porque Francia le
superó por un puesto en el Mundial de Berlín, y que ahora se encuentra con una
cuarteta desmembrada, teniendo que empezar de cero.
Reducción en la madison
El aumento de plazas en las persecuciones conlleva una
reducción en las madison, que pasan de 16 a 15 parejas, aunque lo importante
es el cambio en el sistema de clasificación, ya que de las ocho plazas que
había en Tokio en base al ranking específico, se pasa a cinco.
Obviamente estas reducciones perjudican a los países sin opciones de entrar vía
persecución por equipos, como es el caso de España.
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Mora y Torres no tuvieron problema para clasificar para Tokio. ¿Será lo mismo para París, con la adición de Martorell? |
Si somos optimistas, podemos recordar que Torres y Mora
se clasificaron para Tokio siendo terceros en el ranking de madison. Cierto,
pero las circunstancias no son las mismas a día de hoy que entonces, por mucho
de que la entrada de Martorell pueda suponer una savia nueva que
contrarreste la mayor edad de nuestros últimos olímpicos: Mora tendrá 36 y
Torres 34 en agosto de 2024. Bélgica, Países Bajos, Portugal, Polonia o Estados Unidos se
vislumbran como rivales directos en esta batalla… más alguno de los que pueda
quedar fuera en la persecución y alguno que aparezca en los próximos meses.
Para las féminas, sin antecedentes, las rivales directas podrían
ser Dinamarca, Polonia, Suiza, Bélgica, Japón, Colombia y Rusia, con un panorama que
no nos permite ser muy optimistas, aunque en este caso el tiempo juega a
favor de nuestras corredoras.
Nos queda el ómnium, que también reduce la clasificación
directa a sólo siete ciclistas, frente a los doce de Tokio, que estarán
junto a los quince de la madison. Obviamente es aún muy pronto para hacer
cábalas, pero visto lo visto, no estaría de más comenzar a planificarlo
todo, absolutamente todo, de estos dos años sin olvidarnos de que la
presencia en un Mundial -la prueba que otorga más puntos olímpicos- no es
automática y que también hay que clasificarlo luchando en las distintas
competiciones 'menores' del calendario internacional.